5.- ACTIO


¿Qué te mueve Dios a hacer?

  • «El amor de Cristo nos apremia.»  (2 Cor 5,14)
  • «No soy yo quien vive; es Cristo quien vive en mí» (Gál 2,20)
  • La lectio divina no termina su proceso hasta que no se llega a la acción (actio), que mueve la vida del creyente a convertirse en don para los demás por la caridad.
    • Esta palabra viva y eficaz nos impulsará a vivir según las enseñanzas de Jesús y a ser presencia suya en medio del mundo.
      • Alguien pregunta a Antonio: «Qué debo hacer para agradar a Dios?». El Anciano responde: «Observa lo que te voy a recomendar: donde quiera que te encuentres, ten siempre a Dios ante tus ojos; hagas lo que hagas, actúa según el testimonio de las Escrituras». De hecho, los hermanos no quedaron muy satisfechos con esta respuesta y le dijeron: «Padre, queremos también una palabra tuya». Entonces Antonio les dijo: «El Evangelio dice: si alguno te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la otra». Ellos replicaron: «Nosotros no podemos hacer eso». El Anciano le dijo: «Si no podéis presentar la otra, soportad al menos que se os pegue sobre una mejilla» — «No podemos tampoco eso» — «Si no podéis eso, respondió Antonio, no devolváis el mal que habéis recibido». Ellos dijeron: «No podemos». Entonces, el Anciano dijo a su discípulo: «Prepárales una pequeña papilla de harina pues están enfermos. Si no podéis con esto y no queréis hacer esto, qué puedo hacer yo por vosotros? Tenéis necesidad de oraciones».
    • Leemos y meditamos para que broten las debidas decisiones y para que la fuerza de consolación del Espíritu nos ayude a ponerlas en práctica.
      • La Biblia para los Padres no es algo que se conoce con la inteligencia, ni tampoco con el corazón, como gustan repetir en nuestros días, (confundiendo, por lo demás, bastante a menudo el concepto bíblico de corazón con una noción de «corazón» más reciente y un poco sentimental).
    • La Palabra leída, meditada, orada y contemplada es en nosotros como una semilla que da fruto de forma misteriosa, según los planes de Dios.
      • El evangelio es el libro de la vida del Señor y está escrito para que se convierta en el libro de nuestra vida. Las palabras de los libros humanos se comprenden y ponderan. Las Palabras del evangelio son inesperadas: no las asimilamos; son ellas las que nos asimilan, nos modelan, nos modifican (Madeleine Delbrel).
  • Para los Padres se conoce la Biblia cuando se la asimila hasta el punto de traducirla en vida. Cualquier otro conocimiento que no lleve a esto es vano.
    • Según el método moderno de lectio divina, se debe leer lentamente y se debe parar en un versículo mientras este alimenta el corazón, o el espíritu, si no las emociones, y se pasa al versículo siguiente cuando los sentimientos se enfrían o la atención se disipa.
    • Los primeros monjes se quedaban en un versículo hasta que lo habían puesto en práctica.
      • Un hermano vino al encuentro de Abba Pambo y le pidió que le enseñara un salmo. Pambo se puso a enseñarle el salmo 38: pero apenas pronunció el primer versículo: «Yo dije: vigilaré mi proceder, para que no se me vaya la lengua…», el hermano no quiso escuchar más. Dijo a Pambo: «Este versículo me basta; ruega a Dios que yo tenga la fuerza de aprenderlo y de ponerlo en práctica. Diecinueve años más tarde se empeñaba en ello todavía… (Arm 19, 23 Aa: IV 163).
      • También a Abba Abraham, que era un escritor excelente, además de ser un hombre de oración, un hermano pidió le copiara el salmo 33. Se conformó con copiarle el versículo 15 : «apártate del mal, obra el bien; busca la paz y corre tras ella», diciendo al hermano: «Empieza por practicar esto y después te copiaré el resto…» (Arm 10,67: III, 41).

PASOS:

1. Pide luz a Dios

  • Pregunto a Dios cómo puedo llevar a la práctica en las circunstancias concretas de mi vida la Palabra que me ha dicho.
  • La actio es poner en obra la bienaventuranza del oyente atento y cumplidor.
    • Feliz aquel que no se limita sólo a escuchar la palabra, sino que goza en ponerla por obra. (Cfr. Lc. 11, 28).
  • La contemplación te llevará necesariamente a la praxis, a la evangelización, a la caridad del servicio; fijándote en la Virgen María, Modelo para todos los fieles de acogida dócil de la divina Palabra.
    • Ella «conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón» (Lc 2,19; cf. 2,51).
    • Sabía encontrar el lazo profundo que une en el gran designio de Dios acontecimientos, acciones y detalles aparentemente desunidos.

2. Trata de fijar un compromiso 

  • Concreto, posible, verificable.
  • Cada uno comunica a los demás cómo desea traducir la Palabra en hechos (en su familia, en su lugar de trabajo, con sus amigos…).

3. Revisión compromiso semana anterior.

Peligro:

  • Voluntarismo.

Con María:

  • “He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según su Palabra”.
  • “María se puso en camino, a prisa, a la montaña…”.
  • “Hagan lo que Él les diga”.
  • “Dichosos los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen”.

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