
Las fórmulas de fe son importantes porque nos permiten expresar, asimilar, celebrar y compartir con los demás las verdades de la fe, utilizando un lenguaje común. La Iglesia, como una madre, nos enseña el lenguaje de la fe para que lleguemos a comprender cuánto nos ama Dios Padre.
Está claro que la catequesis no puede consistir sólo en el aprendizaje memorístico de las respuestas a unas preguntas. De poco serviría la simple memorización, sin entender lo que se dice y, sobre todo, sin testigos y modelos para aprenderlo a vivir. Pero también es verdad que, aunque en un primer momento no se entiendan completamente todas las preguntas, ni todas sus implicaciones y consecuencias, al menos, se aprenden unos contenidos que un día, si quieren y tienen oportunidad, podrán comprender, desarrollar y convertir en fe viva, confianza filial y entrega generosa.
El aprendizaje de memoria pone una base de conocimientos clara y sintética sobre la que poder construir más adelante una vida cristiana y transmite un lenguaje con el que poder “dar razón de nuestra esperanza”. Mi experiencia es que sin aplicar el entendimiento y la memoria el esfuerzo catequético se pierde en su mayor parte.
Esta Síntesis de la Fe Católica quiere ser un instrumento complementario para la enseñanza de la fe según los catecismos oficiales de la Conferencia Episcopal Española “Jesús es el Señor” y “Testigos del Señor”.
La numeración de las preguntas sigue el orden del catecismo “Testigos del Señor”. Las preguntas sin numerar, precedidas de una letra [ a) ], completan y explican otros aspectos de la cuestión.
Los colores son una referencia indicativa para los distintos niveles de la catequesis de la iniciación cristiana según aparecen en los catecismos oficiales. Lógicamente, cada nivel supone el conocimiento de todos los anteriores.
Como se nos puede haber olvidado, aquellas enseñanzas que de pequeño recibimos, de nuestros buenos maestros, padres, sacerdotes, religiosas o religiosos, que tanto se esforzaban, y esmeraban, en que nos formàramos muy bien, que aprendiéramos su contenido, y que practicàramos a lo largo de la vida, aquello que habíamos recibido. Y que también nos ocupàramos de hacerlo llegar a otras generaciones posteriores a la nuestra. Precisamente, hoy haciendo uso de los adelantos tecnológicos que hemos conocido, nuestro querido párroco, el Padre Antonio, también se preocupa y nos ofrece por este medio, un Compendio de contenido de Fè Catòlica, que para todo creyente, sigue teniendo plena vigencia. Y para otros, desgraciadamente, creen que están en desuso, -Pobres de ellos. y también de los que no se ocupan de enseñar al que no sabe en esta materia-. Le agracemos todo lo que «Inventa», que es muy beneficioso para nuestra «Salud Espiritual», y lo animamos a seguir trabajando con ese espíritu. Nosotros, tendremos que ocuparnos de colaborar en su puesta en pràctica, que comienza por aplicarla a nosotros mismos.
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